domingo, 19 de marzo de 2017

¿Son necesarios los pedagogos en las empresas?
Por Sandra Zucas Alonso

“La pedagogía se encarga de estudiar los contextos y procesos formativos tanto de los sistemas regulados (etapas infantil, primaria, secundaria y universidad) como de aquellos otros no tan profesionalizados como son la educación familiar, la formación en el ámbito laboral y de la empresa, la atención a las personas con diversas y distintas necesidades de educación, especialmente aquellos que vivan en entornos de desigualdad o desventaja.”
El Grado de Pedagogía ofrecido en la Facultad de Ciencias de la Educación por la Universidad de Málaga consta de cuatro años, con asignaturas obligatorias hasta segundo año y luego optativas con cuatro itinerarios que definen cuatro perfiles profesionales diferentes.
Uno de ellos es el de “Gestión Pedagógica de las Organizaciones Sociales, Empresariales y Educativas”, a través del cual puede evidenciarse la importancia del pedagogo en ámbitos diferentes a los académicos, en dónde se cursan materias tales como Economía de la Educación, Pedagogía Laboral y de las Empresas, Educación para el Empleo, Gestión y Liderazgo Pedagógico en las Organizaciones y Gestión y Control de la Calidad en las Organizaciones.
 Los pedagogos son expertos en educación y en el diseño de programas específicos, dentro del Grado de Pedagogía se los capacita para desenvolverse sin inconvenientes en diferentes perfiles profesionales.
En el ámbito empresarial cumple la función de ser el especialista más idóneo para diagnosticar necesidades y para poner en marcha las acciones formativas específicas más apropiadas.
La formación continua dentro de las empresas es fundamental. Los retos de la globalización y los retos asociados a la supervivencia de las organizaciones requieren altos niveles de competitividad y están ligados a los procesos de cualificación del talento de las personas.
Tener en cuenta la formación permanente de todos los individuos que conforman el engranaje de la organización, tanto personalmente como con actividades formativas que apunten a la cohesión grupal, es un factor diferenciador y consolida una ventaja competitiva. La innovación, la tecnología y la cultura de la empresa mejoran cuando se logran altos niveles de cualificación en las empresas.
En los procesos de formación hay dos supuestos importantes a tener en cuenta: los intereses y necesidades particulares y los intereses y necesidades de la empresa. Es necesario articular estos dos factores. Es muy importante que la persona se adapte al perfil de trabajador que la organización necesita, de tal manera que sus intereses y necesidades se vuelvan también los de la empresa. Esto debería fusionarse con el valor diferencial que permitirá la competitividad, es decir, el trabajo conjunto hacia un objetivo común.
La pedagogía empresarial es fundamental para activar procesos de formación continua, sin importar el tamaño de la empresa, ya que favorece la inserción en el mercado competitivo. 
En la siguiente imagen se observa qué funciones puede desarrollar el pedagogo empresarial:

Sería interesante que las empresas configuren un modelo pedagógico adecuado, es decir, su propio modelo de formación continua que involucre a todas las personas de los diferentes sectores, teniendo en cuenta la satisfacción del cliente y los medios disponibles, y en base a esto, diseñar el modelo de cualificación del personal según los propósitos de la empresa.
En resumen, los pedagogos serían los profesionales mejor preparados para elaborar las estrategias de formación más apropiadas para el éxito de una organización empresarial.


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